Ángel Gómez de Ágreda
Coronel (en reserva) del Ejército del Aire y del Espacio y analista geopolítico
Coronel en la reserva del Ejército del Aire y del Espacio. Ha sido paracaidista y piloto de aviones de transporte. Fue profesor de Estrategia y Relaciones Internacionales en el Centro Superior de Estudios de la Defensa, jefe de cooperación en el Mando Conjunto de Ciberdefensa, Jefe del Área de Análisis Geopolítico del Ministerio de Defensa y Agregado de Defensa en las embajadas de España en Corea del Sur y Japón.
Es Diplomado de Estado Mayor, Máster en Terrorismo por la UNIR, Máster en Política Europea de Seguridad y Defensa, y Doctor en Ingeniería de Organización por la Universidad Politécnica de Madrid.
Ha participado en misiones internacionales en la antigua Yugoslavia, en Afganistán y en Senegal.
Es miembro fundador del Observatorio del impacto social y ético de la inteligencia artificial (OdiseIA) y académico correspondiente de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares. Publica regularmente artículos académicos y de divulgación, así como libros sobre temáticas sociales asociadas a las tecnologías digitales.
Gestionando la incertidumbre del panorama mundial
La proximidad de las fechas y la trascendencia del evento invitan a tomar las elecciones estadounidenses como referencia para un análisis de la situación geopolítica mundial. No obstante, ninguna de las crisis que atravesamos puede entenderse de una forma aislada. Tampoco se puede pensar que un solo acontecimiento resulte determinante en la conformación del futuro. De hecho, lo más significativo del panorama actual respecto del de hace apenas unas décadas es que la tecnología permite -y fuerza- una interacción en tiempo real entre todas ellas. El batir de las alas de la mariposa al otro lado del mundo se siente de forma casi inmediata en todas las latitudes. En los equilibrios que se establecen ya no intervienen solo los Estados. Las plataformas tecnológicas se han convertido en escenarios de confrontación además de, como otras grandes corporaciones, en actores en la misma. Este escenario virtual no es menos importante que el real, igual que las percepciones y las emociones que se generan en él no lo son menos que las derivadas de los hechos materiales.